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La Ley del Karma por Sant Kirpal Singh www.sos.org


(Esta charla fue dada en Chicago el 29 de octubre de 1972, durante la tercera gira mundial del Amado Maestro. Está publicada en Sat Sandesh de diciembre, 1978)
(todos los derechos reservados Science of Spirituality www.sos.org, la publicación de la presente entrada es única y exclusivamente con fines informativos en eterno agradecimiento desde el Corazón para con su santidad Sant Rajinder Singh ji Majaraj y el linaje de Maestros de “Sant Mat”, así como también para Laura Baugh y Carlitos Lozano)
La Ley del Karma por Sant Kirpal Singh
Nosotros tenemos la inmensa buena fortuna de tener un cuerpo humano, que es lo más elevado de la creación; le sigue a Dios. Todas las escrituras nos dicen que nosotros obtenemos el cuerpo humano como una reacción de muy buenas acciones del pasado. Entonces, en verdad, somos muy afortunados. Nuestras buenas acciones han fructificado, y como resultado tenemos el cuerpo humano. Esta es una oportunidad dorada para pagar todas las reacciones del pasado. Con excepción de las almas en el cuerpo humano, todos los demás cuerpos están atados; no tienen libertad para actuar.
En el cuerpo humano estamos atados hasta cierto punto como reacción del pasado, y libres dentro de ciertos límites. Si somos sabios nosotros pagaremos las viejas reacciones—los viejos karmas—y regresaremos a Casa. Es un tiempo en el que podemos ya sea regresar a Casa, o regresar a la rueda de la vida y de la muerte. ¡Sean muy cautelosos! Esta es una dorada oportunidad que tenemos. Traten de comprender cómo pagar todas las deudas. Tenemos que ser muy cautelosos; cada pensamiento que nos golpea produce una reacción. Cada pensamiento, cada palabra, cada acto tiene que ser contabilizado y compensado en la naturaleza. La naturaleza no le perdona a nadie. Así como uno siembra, así cosechará. No hay excepciones a la regla. Entonces, nunca piensen ociosamente de nada. Si uno piensa ociosamente, uno tendrá una reacción.
El Quinto Gurú dice, “Debemos tener miedo de los pecados que hemos cometido—aún sin saberlo; porque ellos también tendrán una reacción. Cada causa tiene un efecto. Tenemos que comprender este principio, esta ley. Si comprendemos esta ley del karma, entonces podremos liberarnos y regresar a Casa. De otra forma, seguiremos atados, yendo y viniendo, yendo y viniendo. Así que cada causa tiene un efecto, y cada acción produce una reacción. Desenraíza la causa, y el efecto desaparece. Esto ha sido hecho por los Maestros. Pero todos los demás están atados por los lazos de los karmas, que son la causa raíz de la existencia física. Por supuesto hay buenas acciones, de cuyas reacciones hemos ganado el cuerpo humano.
Pero también tenemos que ser muy cuidadosos con lo que hacemos porque, o vamos para abajo a para arriba—de regreso a Casa.
Hay tres clases de karmas. Un tipo es el karma sanchit, que quiere decir almacenado, sin fructificar. Tales karmas que no han sido tocados son de cientos de años atrás.
Dhritarashtra era un gran yogui en la India durante la época de los Pandavas. El Señor Krishna le dijo, tú eres ciego de nacimiento debido a una reacción por algo que hiciste en el pasado”. Él respondió, “Por el poder yóguico que tengo puede ver cien vidas atrás, y no veo ninguna acción que haya resultado en mi ceguera”. El Señor Krishna entonces le ayudó a ir aún más atrás, y él descubrió que ciento seis encarnaciones atrás él había cometido una acción que ahora vino a producirle la ceguera. Existen registros akháshicos; cualquier cosa que uno piensa queda registrada allí. Aquellos que pueden leer esos registros pueden darte detalles de las acciones cometidas hace cientos de nacimientos atrás.
Siempre desde que dejamos Hogar de nuestro Padre, y fuimos enviados a la tierra, hemos estado yendo y viniendo—las acciones y reacciones han estado funcionando. Algunas veces pagamos con el segundo tipo de karma, el karma pralabdha.
El karma pralabdha es el karma que está fructificando, y sobre el cual está basada nuestra existencia actual. Tenemos el cuerpo humano como resultado de un altísimo karma, buen karma. Estamos atados con ciertos límites hasta que esas acciones sean pagadas. Entonces el pralabdha es la cuenta kármica sobre la cual está basada nuestra vida presente. Esto es lo que se llama suerte o destino—la reacción de nuestros karmas que están fructificando en el presente.
Como lo presenté, el hombre es libre dentro de ciertos límites, y atado dentro de ciertos límites. Tomen el ejemplo de un muchacho que está volando una cometa. El tiene doscientos o trescientos metros de cuerda, pero su padre detrás de él está manteniendo doscientos metros de cuerda bajo su control. Él ha permitido utilizar solamente cien metros de cuerda para que su hijo vuele la cometa; y el hijo sólo puede volar la cometa hasta cien metros de cuerda, y nada más. Es así como las acciones que están reaccionando ahora. La porción del pralabdha no es tocada, porque esta es la base de nuestra existencia presente.
La tercera clase es el karma kriyaman, las acciones que hacemos diariamente.
Entonces estos tres karmas son de naturaleza diferente; algunos producen fruto muy rápidamente, otros un poco más tarde, otros después de muy largo tiempo. Tomen el ejemplo de las cortes: hay cortes ordinarias para reclamos cortos; hay altas cortes; y, hay Corte Suprema. Los casos ordinarios se resuelven en una semana o en un mes o algo así. Los casos intrincados toman meses en las altas cortes, y aquellos de naturaleza más intrincada, toman años para decidirse en la Corte Suprema. Nosotros incurrimos en acciones y reacciones diariamente. Todas ellas producen fruto; alguna rápidamente, algunas despacio, como en el caso de Dhritarashtra. Algunos karmas los cosechamos en esta vida; el resto son transferidos a los karmas sanchit.
El karma es la causa del renacimiento, y cada nacimiento es a su turno seguido de una muerte. El resultado es el ciclo de alegrías y sufrimientos. Algunos son felices; algunos no son felices. Así como piensas, así te vuelves. La ignorancia de la ley no es excusa, recuérdenlo. Ya sea que sembremos buenas semillas, malas sellas—ambas son ataduras. Si los grilletes o las cadenas son hechos son hechos de hierro o de oro, estos amarran por igual. Esta ley del karma es bien difícil de comprender, pero si la entendemos podemos salvar nuestras vidas, nuestro regreso a la tierra.
¿Cómo pagar nuestras deudas? ¿Cómo elevarnos por encima de la ley de la rueda de la vida? Nosotros sembramos diariamente semillas que van a producir fruto. Algunas han fructificado; otras han sido almacenadas. A la luz de esto, si conocemos un Maestro que conozca esta ley de la naturaleza, y cómo liberarnos de esta ley, él comenzará el proceso de terminar con todos los karmas del iniciado. Ser un Maestro es un trabajo muy oneroso (costoso).
¿Qué hace el Maestro? Él nos da un contacto con la Corriente de Sonido interna, y al practicarla, nuestros karmas sanchit son incinerados. Ésta es una gran bendición. Todos los pecados y karmas almacenados son quemados, y no fructificarán. En cuanto a los kriyaman o karmas diarios, Él prescribe un diario auto-introspectivo que se debe mantener regularmente. Ahora marquen el propósito por el cual se hizo el diario. Este tiene un propósito muy importante. El Maestro nos ordena que llevemos una vida limpia y que desenraicemos todas las imperfecciones mediante una constante auto-introspección.
Nuestro karma pralabdha no es tocado, porque este es la causa de nuestra vida presente. Si este es tocado, nuestra vida terminará debido a la interferencia con la ley de la naturaleza. Solamente permanece una pequeña cantidad para ser tolerada por el iniciado durante su vida presente. Nuestros karmas sanchit almacenados son quemados gradualmente al ponernos en contacto con el Sonido. Mientras más nos pongamos en contacto con el Principio de Sonido internamente—el Naam o Verbo, cuyos dos aspectos son la Luz y el Sonido—más se quemarán nuestros karmas sanchit. Los karmas pralabdha no se tocan. En cuanto a los karmas kriyaman, como les dije, nosotros debemos ser muy estrictos; no debemos ahorrarnos con nosotros mismos. Debemos criticarnos a nosotros mismos, así como criticamos a los demás, y desenmalezar diariamente nuestras faltas. Algo de los karmas kriyaman que quedan son entonces pulidos y atenuados por el Maestro a través de la devoción del discípulo.
Los karmas pralabdha son, por lo tanto, intocados porque no tenemos control sobre ellos; ellos tienen que reaccionar. Lo que tiene que pasar, tiene que pasar—no hay excepción a la reglas. Es, sin embargo, posible, encontrar una salida. Debemos moldear y desarrollar nuestro ser interno a través de la guía de un Alma Maestra, hasta no llegar a sentir los aguijones amargos. Si ustedes se sientan con el Maestro Él les enseñará una forma para elevarse por encima de la conciencia del cuerpo. Las cosas externas vienen como resultado de los karmas pralabdha, pero estos no tendrán un efecto punzante. Esta es una bendición del Maestro. Si un niño necesita ser operado, la madre toma al niño en su regazo durante la operación. El niño se pacifica; se sienta en calma en el regazo de su madre. Cuando aquellos que son iniciados y devotos del Maestro tienen resultados amargos como reacciones del pasado, estas no son sentidas tan agudamente. Si ellos se elevan por sobre la conciencia del cuerpo diariamente, ellos estarán bien.
Hay un caso de un devoto de Mian Mir; como resultado de sus karmas pralabdha él estaba sufriendo. Él se elevaba por encima de la conciencia del cuerpo detrás de los ojos, pero un día vino su Maestro y le dijo: “¿Qué estás haciendo? Tú has sembrado las semillas; ¡debes sufrir los resultados!” Los karmas pasados que están almacenados se queman mientras más nos ponemos en contacto con los Principios de Luz y de Sonido. Los karmas kriyaman diarios tienen que ser desenmalezados mediante la auto- introspección. Cualquier cosa que quede, se suaviza por el amor del Maestro.
Hay otra clase de karma llamado neh- karma: acciones que son realizadas sin ningún apego ni deseo por el fruto. Este es superior a todas las otras formas de karma, que son fuente de esclavitud. Este tipo nos ayuda a liberarnos de la esclavitud de las reacciones kármicas. Así que si haces cualquier cosa sin el pensamiento del fruto, eso no te atará. Pero mientras el ego exista, tu pensarás que eres el ejecutor. ¿Comprenden mi punto? Ya sean estos buenas o malas acciones, ellas producen fruto. El neh-karma o karma desinteresado se presenta sólo cuando uno se vuelve un colaborador consciente del Plan Divino.
Entonces encontramos que es únicamente el karma—acciones—nacido del deseo el que conducen al cautiverio. Por eso el Buda enseñó el no tener deseos. El Décimo Gurú de los Sijs lo llamó karma nahin—no tener deseo por el resultado de ninguna acción. El neh-karma es hacer karma de acuerdo con el Plan Divino como un colaborador consciente del Poder de Dios.
En breve, la ley del karma es la ley terca e inexorable de la naturaleza, de la cual no hay escape ni excepción. Aún los Avatares sufren el fruto de sus acciones; ¡qué hablar de los hombres! Se dice que al hermano del rey de Ceilán lo mató el Señor Krishna, y cuando este estaba muriendo dijo, “Rama, yo no hice nada en contra tuya, ¿por qué me mataste? Tú tendrás que sufrir.” Sucedió que en la siguiente encarnación de Rama como el Señor Krishna, ese hombre tomó la forma de un venado en la jungla. Un día, el Señor Krishna estaba acostado en la selva con su pie izquierdo sobre su rodilla derecha (había una estrella en este que tienen todas las Encarnaciones en los pies). Un cazador pensó que haber visto el ojo de un venado allí, y disparó una flecha que golpeó el pie del Señor Krishna, y este murió. Así que los Avatares no son la excepción a las leyes del karma; ¡qué hablar de los hombres ordinarios! Cada pensamiento que se les ocurra—eso reacciona. Así como siembran, así mismo cosechan. Esa es la regla general para aquellos que están en la tierra. Así como piensas así mismo te vuelves. Toda acción tiene una reacción, porque esa es la ley de la naturaleza de acción y reacción.
Es sólo cuando uno trasciende la conciencia del cuerpo y se vuelve neh-karma o inactivo en la acción, como el punto inmóvil en el centro de una rueda giratoria, que una parada es puesta al movimiento de la gran rueda del karma. La máquina está funcionando, pero se necesita algo que pare la rueda. La ley del karma no funciona para aquellos que se elevan por sobre la conciencia del cuerpo a voluntad. Por eso dijo el Buda, no tengan deseos, porque los deseos son la causa raíz del sufrimiento.
Nosotros nacemos; la enfermedad, pobreza, duración de la vida, pobreza, riqueza, felicidad— todas las circunstancias están basadas en las reacciones del pasado. Entonces, ¿qué sucede? El espíritu sentado en la carroza del cuerpo está yéndose ciegamente de cabeza hacia el campo de los placeres sensuales, conducido por los cinco poderosos corceles de las facultades externas, que son manejadas por la mente intoxicante. La mente sólo puede ser controlada si algo más dichoso, más pacífico, la ocupa. Como las riendas del intelecto están colgando sueltas, y los corceles están corriendo rápidamente, desbocados, así es como incurrimos en acciones, y los resultaos son las reacciones. Desde que descendimos del Padre hemos estado en la tierra; hemos estado yendo y viniendo, yendo y viniendo, yendo y viniendo. Nosotros obtenemos este cuerpo humano como resultado de una gran fortuna. Y nosotros no lo utilizamos.
Existen dos leyes: la una es la ley del karma, y la otra es la ley de la gracia. Entonces, cuando uno viene a los pies del Maestro, la ley de la gracia opera. Tus karmas actuales son suavizados. El Maestro nos dice que hacer: “Vuelvan a nacer.” ¿Saben cuál es la enseñanza básica detrás de esto? Renazcan—elévense por sobre la conciencia del cuerpo. ¿Qué se quiere decir con renacer? Un nacimiento es en el cuerpo humano, y el otro en el Más Allá. Pero si ustedes renacen diariamente, mueren diariamente, toman su cruz diariamente, ¿entonces? Ustedes escapan a los efectos de la rueda de la vida. Ahora ven lo importante que es hacer las prácticas como las prescribe el Maestro.
Pero, ¿cómo esperan ser salvados de la rueda de ir y venir, si siempre estamos alegando que no tenemos tiempo? Después de todo, estamos sembrando semillas día tras día. Debemos ser cautelosos en no crecer ninguna más. Esto sólo lo podemos hacer al ponernos en contacto con el Poder de Dios internamente.
Entonces, desde el día que vinimos a los pies del Maestro y Él nos inició en los Misterios del Más Allá, Él asumió el trabajo de eliminar todas nuestras acciones, pero solamente si obedecemos sus mandamientos un cien por ciento. Un Maestro, que es el Verbo encarnado, puede aniquilar con una mirada nuestros pecados—nuestros karmas pasados. En la presencia del Maestro nuestros karmas vuelan al viento como las hojas de otoño. Por un tiempo ningún pensamiento llega a nuestra mente—la mente queda subyugada. Esos momentos que tenemos con el Maestro—puede que sean sólo cinco o diez minutos—son suficientes para aquietar la mente. Esta no reaccionará. Mientras más desarrollemos la receptividad, ya sea que estemos cerca o bien lejos del Maestro, la mente nos dará menos problemas. La presencia física del Maestro, por supuesto, no debe ser menospreciada. Ustedes observan eso por sí mismos.
Déjenme decirlo de nuevo: hay dos maneras de agotar, finalizar la bodega inmensa e ilimitada de los karmas. La mente anda continuamente sembrando nuevas semillas; no hay fin para ello. Una manera es agotar la bodega es con el tiempo, lo cual es casi imposible. La otra manera es obtener de un Alma Maestra una experiencia de la Ciencia de la Espiritualidad, y trabajar para la trascendencia de un plano espiritual a otro, mientras todavía tengamos el tiempo en este cuerpo humano. La primera manera les tomará millones de años, y aún es incierto que ustedes lleguen a la meta, porque la mente quiere seguir sembrando nuevas semillas. Al adoptar el segundo curso, buscamos la ayuda de un Maestro Espiritual competente quien solamente Él puede eliminar la cuenta kármica de nuestro espíritu en bancarrota.
Cuando tal Maestro toma en sus propias manos el proceso de liquidar la interminable acumulación de nuestros karmas pasados, esto es muy afortunado. Primero Él nos dice que no sembremos más semillas malas; él nos coloca en la gran Avenida. Ustedes tienen aquí grandes avenidas— ¡cuan rápido pueden ir los carros! Ustedes también tienen una gran Avenida internamente directo a la Luz y el Sonido. ¡Váyanse rápido! No debe haber ningún retardo. ¡Regresen a su Hogar rápidamente!
Aquellos que están bajo el control del Maestro, no hay ninguna ley ni juicio puede posarse sobre nosotros. Ese Poder les ha sido dado por Dios. Espero que todos ustedes hayan seguido lo que he dicho acerca de esta ley del karma. Traten. Piensen dos veces antes de hablar. Con charlas frívolas nosotros sembramos muchísimas semillas. Hablen solamente acerca de aquello que sea necesario. ¿Por qué hablar de una manera frívola? Asegúrense de que cualquier cosa que digan haga el bien y no cause ningún daño. De esta manera se salvarán de sembrar nuevas semillas